La canción de Dowland parece ser una canción de amor pero no lo es. En rigor, se trata de un pedido de clemencia para un traidor, el mentado Earl of Essex (Robert Deveraux, en la imagen), que había sido favorito de la reina Elizabeth hasta que dejó de serlo mediante el sencillo expediente de participar en una conspiración contra ella (y ser descubierto). Cuando la canción llegó a oídos de la monarca, el patíbulo ya había sido levantado en el patio de la Torre de Londres y, ya se sabe, tales esfuerzos no suelen ser desperdiciados. Casi al mismo tiempo que la canción Dowland escribió la galliard, para laúd (minuto 4:24 de este video con la magistral interpretación de Nigel North), y volvió a realizar un arreglo instrumental, para cinco violas y laúd (aquí un fragmento), que incluyó en su Lachrimae or Seven Tears, de 1604. Otra versión de "Can She Excuse", por Sting junto a Edin Karamazov en laúd, si bien se aleja del canon de las pulcras interpretaciones historicistas, tal vez sea más cercana a cómo alguien podría haber llegado a cantarla en los comienzos del siglo XVII cuando, según se dice, los laúdes colgaban en las paredes de las barberías para que los utilizaran quienes esperaban, a falta de las aún no creadas revistas de Clarín o La Nación. El video de Sting culmina con un arreglo a cuatro voces (cuatro Stings superpuestos).
Hay otra bella gallarda triste en The Rape of Lucretia, de Benjamin Britten (en el minuto 41:20 de este video) pero difícilmente haya algo más desgarrador que esa pareja en lo alto de una escalera, esa música casi festiva y esas palabras: "She breaks down and cries to her husband/ "Daddy, our baby's gone".
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