lunes, 26 de julio de 2010

Nada

Alberto Podestá estrenó "Nada" a los 19 años, con la orquesta de Di Sarli.










Es un tango extraño. Será por eso que es uno de los que más gusta a los que recién llegan al género. Una melodía amplia, inusual, de generosos intervalos, y una letra inmensamente melancólica, convierten a "Nada" en una de las más extraordinarias canciones jamás creadas. Fue compuesta en 1944 por José Dames y Horacio Sanguinetti (seudónimo de Horacio Basterra, que nada tuvo que ver con quien mucho más adelante regiría al Nacional de Buenos Aires y hundiría al Teatro Colón en la molicie) y grabada ese mismo año por las orquestas de Carlos Di Sarli (en abril, con la voz de Alberto Podestá, que en ese entonces tenía 19 años) y Miguel Caló (en septiembre, con Raúl Iriarte como cantor). "He llegado hasta tu casa/ yo no sé cómo he podido/ si me han dicho que no estás, que ya nunca volverás/ si me han dicho que te has ido", dice la primera estrofa que, en la fantástica versión que Caetano Veloso cantó en vivo en San Marino, en 1997, y que forma parte del disco Omaggio a Giulietta e Federico, se transforma, con acompañamiento sambado, en "Cheguei juntinho à tua porta/ nem sei como consegui/ me disseram que nâo estavas/ e que nunca voltarias/ e que tu ja tinhás partido". Entre los grandes cantantes la interpretaron Roberto Goyeneche, en una versión registrada en 1980 con arreglos de Osvaldo Berilngieri (e incluida en el disco Buenos Aires conoce), y Julio Sosa, con un acompañamiento demasiado ampuloso (por no decir grasa) de la orquesta de Leopoldo Federico (coros y vibráfono incluídos), lo que es una lástima porque la interpretación de Sosa es verdaderamente formidable. Más cerca interpretaron "Nada", Horacio Molina, con fraseo exquisto e infinita tristeza, y, en una bella versión instrumental, Adrián Iaies (en el disco Tango reflections).

lunes, 19 de julio de 2010

Ojos oscuros

El trompetista y compositor Tomasz Stanko, dicen, fue el primer europeo en hacer free jazz, a comienzos de los sesenta y siguiendo las enseñanzas del primer Ornette y las innovaciones de Coltrane, George Rusell y Miles Davis. Después fue parte del extraordinario cuarteto de Krszystof Komeda (aquí se lo puede ver y escuchar) y participó con él en la música de todas las películas polacas de Roman Polanski (aquí se escucha al grupo, aunque no a Stanko, en El cuchillo en el agua). En los setenta, grabó junto al baterista finlandés Edward Vesala (entre otros discos el notable Balladyna, con Tomasz Szukalski en saxo y Dave Holland en contrabajo) y comenzó su producción para el sello ECM. "El lirismo, el sentimiento de tocar sólo lo esencial, la percepción de la estructura, la asimetría, una cantidad de detalles armónicos, eso es lo que le debo a Komeda", dice Stanko. Entre sus discos imprescindibles están Matka Joanna, con Bobo Stenson, Anders Jormin y Tony Oxley, Litania, dedicado justamente a la música de Komeda con un grupo que incluía a Stenson, el guitarrista Terje Rypdal, Palle Danielsson y Jon Christensen, y From The Green Hill, con John Surman, Dino Saluzzi, Michelle Makarski, Jormin y Christensen, y, por supuesto, el último, un disco bellísimo, de un lirismo extremo, editado como los anteriores por ECM, llamado Dark Eyes y grabado en 2009 junto al pianista Alexi Tuomarila, Jakob Bro en guitarra eléctrica, Anders Christensen en contrabajo y Olavi Louhivuori en batería.

viernes, 16 de julio de 2010

Rimas


Ayer ví, en el San Martín, el estreno de la puesta de Calixto Bieito de La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca. Más allá de los excesos y arbitrariedades de la versión, obviamente voluntarios, la obra tiene más de un momento de efecto sobrecogedor. Y gran parte descansa, por supuesto, en la impecable música de un texto con parlamentos como "sueña el rey que es rey, y vive/ con este engaño mandando/ disponiendo y gobernando;/ y este aplauso que recibe/ prestado, en el viento escribe/ y en cenizas le convierte/ la muerte, ¡desdicha fuerte!/ ¿Que hay quien intente reinar/ viendo que ha de despertar/ en el sueño de la muerte?/ Sueña el rico en su riqueza,/ que más cuidados le ofrece;/ sueña el pobre que padece/ su miseria y su pobreza;/ sueña el que a medrar empieza,/ sueña el que afana y pretende/ sueña el que agravia y ofende,/ y en el mundo, en conclusión,/ todos sueñan lo que son,/ aunque ninguno lo entiende". Pienso en los textos de Carlo Gesualdo y en particular en el de "S'io non miro non moro", de su Quinto Libro de madrigales, y su extraordinario final (tan español): "Oh milagro de amor, ah extraña suerte/ que el vivir no da la vida y el morir no da la muerte". Y también en una canción, "Elenore", de The Turtles, un extraordinario grupo de trayectoria irregular, que osciló entre los resonantes éxitos y el olvido más pertinaz y dos de cuyos integrantes engrosaron las filas de The Mothers of Invention, junto a Frank Zappa. En el estribillo de esa canción, con una casi impecable rima A-A-B-C-C-B, el grupo se atreve con la palabra "etcetera" (es cierto que la rima con "better" no es lo mejor, pero, con la pronunciación inglesa, casi funciona). "Elenore", que en 1968 fue exitosísima como single, formó parte, ese mismo año, del disco The Turtles presents the battle of the bands, donde la banda asumía la apócrifa identidad de 11 grupos diferentes, con nombres como The Bigg Brothers, Nature's Children, The US Teens Featuring Raoul y The Fabolous Dawgs. El disco no se consigue pero, en el blog El arcón de los recuerdos, que conviene visitar por más de un motivo, hay un apartado con su discografía completa donde se encuentra el link para bajarlo (clickeando en el nombre del disco) y, también, para descargar el anterior Happy Together y el posterior (y excelente) Turtle Soup, producido por Ray Davies, de The Kinks.

miércoles, 14 de julio de 2010

Vuvuzellen


Vi este video, por primera vez, en el blog de Pablo Gianera y me hizo pensar en aquello de que el humor alemán es igual al humor judío pero sin la parte del humor. Igual, confieso que me hace gracia. Por otra parte, ¿qué hace Pettinato dirigiendo a la Filarmónica de Berlín?

domingo, 11 de julio de 2010

Sinfonía patética


"No ha pasado nada; no ha estado preso ni un minuto y ya está libre bajo fianza. No se lo acusa de nada y ya se está gestionando el permiso para que pueda viajar para concretar su próxima gira de conciertos", dijo su agente. Algo así como explicar: "Yo no lo rompí, pero fue sin querer". Mikhail Pletnev, de 53 años, es un notable pianista y director de orquesta, fundador y conductor de la Orquesta Nacional Rusa, primera orquesta privada fundada en ese país. La pena que podría caberle es de veinte años de cárcel. Y de cárcel tailandesa, para más detalles. Allí, en Pattaya, el músico posee una casa, y allí fue acusado de violar a un joven, o niño, de menos de quince años (las fuentes no aclaran cuánto menos). El Ministerio de Cultura ruso manifestó su "gran inquietud".

miércoles, 7 de julio de 2010

El mal amado


"La frase 'Schönberg es grande' reaparece en todas las declaraciones sobre la música culta del siglo XX, pero se la pronuncia en todos los tonos, incluidos los de la duda o la negación radical", escribe Esteban Buch en la introducción de su último libro, el brillante El caso Schönberg, recién editado por Fondo de Cultura Económica. Se trata de un estudio de asombrosa meticulosidad y rigor acerca de la recepción de Schönberg entre 1902 y 1913 y, como reza el subtítulo, del "nacimiento de la vanguardia musical".

viernes, 2 de julio de 2010

Medellín


Camino por Santo Domingo, en Medellín. Antes, por aquí, no se caminaba (ver No Futuro, de Víctor Gaviria). El cambio tuvo que ver con la construcción de un cable-metro (un loop de cabinas aerostáticas con capacidad para ocho personas) que unen la zona, antes casi inaccesible, con los otros barrios, y de una gigantesca biblioteca que funciona, también, como lugar de juegos, y a la que las bandas consideraron, desde el principio de la edificación, como territorio neutral. El resto es cumbia (lo que se traduciría al inglés, según Seix Barral, como "the eternal cumbia")