domingo, 8 de abril de 2012

Matana Roberts









Escuchar música es descubrir. Y los descubrimientos, la mayoría de las veces, conllevan agradecimientos. Es gracias a Claudio Da Passano, Teddy Cromberg, Miguel Pellerano, Jorge Fondebrider, Abel Gilbert, mi hermano Federico, Jorge Andrés, entre muchos otros, que conocí mucho de lo que amo. El último deslumbramiento se lo debo (y no soy el único ni ha sido la única vez) a Guillermo, de Minton's. Ignoro cómo llegó a él el nombre –y la música– de Matana Roberts pero fue él quien nos hizo escucharla (yo lo ví: llegó al punto de decirle a clientes de su disquería que se llevaran su último disco, Coin Coin Chapter One. Gens de couleur libres, que lo escucharan entero –"si no, no es lo mismo"– y que, si no les gustaba se lo devolvieran). Saxofonista, clarinetista y compositora, Roberts nació en Chicago y allí fue miembro de la señera AACM (Association for the Advancement of Creative Musicians) fundada por Muhal Richard Abrahams y por donde pasaron Henry Threadgill, Anthony Braxton y el Art Ensemble of Chicago, entre otras eminencias de un jazz que unía combatividad musical y política, en general por las vías de la atonalidad y la liberación de los patrones rítmicos regulares por un lado (eso que globalmente se reconoce como Free Jazz) y la reiivindicación de la negritud y de un africamismo militante, por el otro. Instalada en Nueva York desde 2002, formó ese año el trío Sticks and Stones (palos y piedras) con Josh Adams en contrabajo y Chad Taylor en batería, con el que grabó dos discos, Sticks and Stones y Shed Grace. Como líder debutó con Lines for Lacy (2006), al que siguieron The Calling, del año siguiente, The Chicago Project (2008, producido por el pianista Vijay Iyer; aquí puede disfrutarse algo de su presentación en vivo en Londres, junto a Adams en contrabajo, Jeff Parker en guitarra y Frank Rosaly en batería), y, en 2011, Live in London y Coin Coin.... , este último publicado por Constellation Records. Se trata como el "chapter one" del título indica, del comienzo de una saga acerca de la esclavitud y las luchas por la igualdad de derechos de la población negra de los Estados Unidos. Su nombre, Coin Coin, proviene de Marie Thereze "Coin Coin" Metayer, esclava y amante de Claude Metayer de quien, al separarse, obtuvo un  terreno en Louisiana donde cultivó tabaco y plantas medicinales. "Gens de couleur libres" era, por otra parte, la designación, en el sur estadounidense, para los negros que habían sido liberados, para los que, hijos de aquellos, nunca habían sido esclavos o para las mujeres negras que se habían casado con blancos (no hay antecedentes de negros que, en esa época, se casaran con blancas). La obra (y en eso Guillermo también tiene razón, hay un concepto general que da significado a cada una de sus partes) recrea (y pocas veces esa palabra resulta tan exacta) diversas tradiciones musicales y las lleva a un terreno de originalidad sorprendente, donde caben desde el susurro hasta el grito y de la explosión a la más tenue de las sutilezas. En Coin Coin... participan, además de Roberts en saxo alto, voz y algunos otros instrumentos de viento que aparecen por allí, Jitanjali Jain en voz, David Ryshpan en piano y órgano, Nicolas Caloia en cello, Ellwood Epps y Brian Lipson en trompetas, Fred Bazil en saxo tenor, Jason Sharp en barítono, Hrair Hratchian en duduk, Xarah Dion en guitarra, Marie Davidson y Josh Zubot en violines, Thierry Amar y Jonah Fortune en bajo y David Payant en batería y vibráfono. Vale la pena escucharlo, desde ya, y, eventualmente, pensar a Roberts como parte de una nueva camada de mujeres del jazz particularmente creativas junto a Angélica Sánchez, de quien ya se ha hablado en este blog, y de otra pianista y compositora de la que se hablará próximamente, Kris Davis, que grabó el excelente Aeriol Piano y fue la arregladora del notable disco Novela, del saxofonista Tony Malaby, ambos editados el año pasado por el sello Clean Feed.

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