jueves, 18 de julio de 2013

Con los ojos abiertos







Los años sesenta (es decir desde mediados de los cincuenta hasta comienzos de los setenta) llevaron el mito de la música absoluta a un cenit. El credo tuvo su Dios, por supuesto, y también su apóstol en la Tierra. Bach es Bach y Glenn Gould es su profeta, se rezaba. Y es que el pianista encarnaba como nadie esa idea de música pura: el disco en lugar del concierto; la escucha con ojos cerrados. Nada que distrajera de la música. Mirando este video, con parte de la filmación de la presentación en el festival de Newport de 1971 del cuarteto del pianista Dave Brubeck, con Gerry Mulligan en saxo barítono, Jack Six en contrabajo y Alan Dawson en batería, con el agregado, como invitado, de Paul Desmond, quien había sido parte esencial de ese mismo grupo entre 1951 y 1967, volví a pensar en el tema. Para no estar de acuerdo, por supuesto. Obviamente puede escucharse esta música con los ojos cerrados. Y allí estará ese comienzo de Desmond metiendo en "All the Things You Are" un fragmento de "Isn't It Romantic?", aquella maravillosa canción que sonaba de fondo en Sabrina, mientras Audrey Hepburn y Humphrey Bogart conversaban en el jardín. Y estaría el fantástico contrapunto del final entre él y Mulligan. Y la exquisita marcación de Dawson. Y el fraseo delineado con tinta china de Brubeck. Y el desarrollo de cada frase. Sólo que verlos, aun con la pobre definición de imagen y sonido que proporciona Youtube, es una experiencia irremplazable. Mirar a Desmond, por ejemplo: cómo acaricia su instrumento, como extrayendo cada sonido con un cuidado extremo; cariñosamente. Mirar a Mulligan; su actitud reconcentrada, la explosiión tan contenida como pronta a manifestarse. Brubeck: la felicidad. Sugiero, tan sólo, escuchar con los ojos abiertos.

1 comentario:

  1. "llevaron el mito de la música absoluta a un zenit" totalmente de acuerdo.

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