martes, 20 de junio de 2017

Días de junio. Días de banderas.

Los días de junio trataba de banderas. Banderas del Papa, de las Malvinas, del Mundial. La filmó Alberto Fischerman, mi tío Alberto, con quien sigo dialogando imaginariamente y consultando cada frase que se me ocurre escribir –como hacía entonces– 22 años después de su muerte y que en estos días de junio está más presente que nunca. En esa película, que sucede en 1982 y que dirigió en 1985, los cuatro amigos que se reencuentran –uno de ellos tiene, en lo que era una librería, una fábrica de banderitas que vende en la calle junto con sus hijos– crean una bandera a la que luego prenderán fuego. En una escena, para mí memorable, otro de los amigos, que es profesor de historia, se quiebra leyendo a sus alumnos la carta de Manuel Belgrano al Triunvirato de gobierno, respondiendo a la prohibición de enarbolar una nueva bandera. Aquella carta que concluye diciendo: "La desharé para que no haya ni memoria de ella. Si acaso me preguntan responderé que se reserva para el día de una gran victoria y como está muy lejos, todos la habrán olvidado". Aquí puede verse otro momento, con un joven Garzón haciendo de estudiante "nacional y popular" y un brillante momento de reconocimiento, entre el profesor y otro de sus alumnos, a partir de la enunciación de unas pocas palabras: "18 Brumario".

1 comentario:

  1. Más allá de que sea algo desparejo un film muy interesante que efectivamente contiene escenas memorables y un leit motiv muy bello y nostálgico. Lamento no haberlo visto cuando se estrenó (en el Cinema Uno como pude comprobar investigando) sino más de 30 años después

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