lunes, 10 de enero de 2011

Encuesta de crítico







He aquí mi lista de lo mejor del año que pasó, en materia de discos. En el caso de la música "clásica" y del jazz aparecen tanto ediciones locales como otras que no lo son y pueden comprarse por Internet o ser encargadas en Minton's (Galería Apolo, bajando la escalera y frente a ella) –es decir: debe haber otros métodos pero estos son los dos que utilizo y me dan buenos resultados–. Las reediciones las consigno por separado, al igual que mis descubrimientos de 2010, cuando éstos no se corresponden con publicaciones del año.

Diego Schissi: Tongos. Tangos improbables (UNTREF Sonora).
Paula Shocrón y Pablo Puntoriero: El enigma (Acqua).
Roxana Amed y Adrián Iaies: Cinemateca finlandesa (20Misas/Acqua).
Juan José Castro, etc. Todo Tango. Valentín Surif (piano). (Acqua).
Scriabin, Liszt, etc. Volodos in Vienna. Arkadi Volodos (piano). (Sony).
Rose tres bele. Chansons et polyphonies des dames trouvères. Diabolus in Musica (Alpha)
Renaud García-Fons. La línea del Sur (Enja).
Jason Moran: Ten (Blue Note).
Verdi. Requiem (Harteros, Ganassi, Villazón, Pape. Dir: Antonio Pappano). (EMI.
Mahler. Sinfonía No. 8 (Dir: David Zinman). (RCA).
Monteverdi: Il Nerone, ossia L'incoronazione di Poppea (La Venexiana). (Glossa)
Giordano, etc. Verismo. Jonas Kaufmann (tenor). (Decca).

Schubert: Winterreise (Mark Padmore-Paul Lewis). (Harmonia Mundi).











Schumann:  Lieder. Maria Stuart Op. 135 (Bernarda Fink-Anthony Spiri). (Harmonia Mundi).
Sciarrino: 12 Madrigali (Neue Volcalsolisten Stuttgart). (Col legno).
Dutilleux: D'ombre et de silence. Robert Levin (piano). (ECM New Series).
Matalón: Traces (Sismal). 

Byrd: Infelix Ego (Byrd Edition Vol. 13). (The Cardinall's Musick). (Hypèrion).
J. S. Bach: Sonatas for viola da gamba and harpsichord (Paolo Pandolfo-Markus Hünninger). (Glossa).














Reediciones
John Lennon: Plastic Ono Band (EMI)
Los astros del tango: Completo (Lantower)
Beethoven: Sonatas para violín y piano (Szigeti-Arrau). (Lantower).
Modern Jazz Quartet: Under the Jasmin Tree/Space (Apple).
Benny Goodman c/ André Previn: Happy Sessions (Essential Jazz Class)
Jimi Hendrix: Band of Gypsys (Sony).
Mercedes Sosa: Yo no canto por cantar (Universal)

Descubrimientos
Penderecki: Utrenja (Dir: Antoni Wit). (Naxos)

8 comentarios:

  1. Suscribo lo de García-Fons (aunque me parece que es de 2009).
    Lo de Dutilleux me dejó un sabor agridulce.
    Escuchar madrigales de Sciarrino no fue una experiencia grata.
    Diabolus in Musica me pareció excelente con la polifonía, aunque no conozco este disco.
    Imagino que la interpretación de Fink de los lieder de Schumann es tan buena como la de los de Schubert.
    El disco de Mercedes Sosa no se si me gusta mucho (esas letras...), pero los arreglos (o las versiones) son interesantes.
    Tanto elogio sobre el disco de Moran hace inevitable escucharlo.
    Lo de Iaies y Amed se me pasó, imperdonablemente. Apunto lo de Penderecki, Byrd, Surif y Schissi.

    ResponderEliminar
  2. Ignatius!!!! Contame porqué no fue grato lo de Sciarrino. me interesa en serio tu opinión, porque para mi fue justamente lo contrario. Es más, fue fuente de "inspiración-cuasi-plagio" de una obra que hice el año pasado (prometo no mandartela ;-) ) Saludos,
    Martín

    ResponderEliminar
  3. Martín. Debí aclarar a qué madrigales me refería: a los del disco Fuoco e Ghiaccio, que combina obras de Gesualdo, Sciarrino y Fedele, por el mismo ensamble del disco que menciona Diego. Tené en cuenta que integro el numeroso público más o menos analfabeto musical y cuyo acercamiento a las obras es menos conceptual que sensible (si cabe tal clasificación), más o menos ignorante de las tendencias y controversias estéticas, ideológicas y demás, al menos con profundidad, aunque pueda tener alguna referencia. Tal vez si entendiera las ideas (musicales o extramusicales, si también es válida esta clasificación) que están detrás, motivan o estructuran la obra, pueda encontrarle un sentido, pueda apreciar su astucia o su sensibilidad, aunque siga sin gustarme. Las notas introductorias del disco al que me refiero hablan, bastante inextricablemente, de la relación entre sonido, silencio y lo audible.
    Si la obra a la que te referís es Máquina Lírica, no la vi pero leí al respecto, y no es por succionar calcetines, pero la música del video del blog de Gianera (¿último cuadro del recorrido?) es espectacular.
    Hay otro disco en el que Sciarrino reelabora instrumentalmente madrigales de Gesualdo, intercalados con la lectura de quejumbrosas cartas de Torquato Tasso, y éstos sí me gustaron, aunque no me parecieron ninguna genialidad (excepto uno, que sí me pareció genial). El disco también incluye la obra Infinito Nero, que oscila entre un partido de tenis y el inflado de un globo, con ráfagas de mezzo-soprano. Una sciarrinada. Con todo respeto.

    ResponderEliminar
  4. Ignatius. me tomo la libertad de meter baza (al fin y al cabo para qué tengo un blog). Lo que a mí me seduce de estos madrigales es, precisamente, el espíritu madrigalesco: cómo está trabajada cada palabra y cómo se explora la posibilidad dramática y expresiva del sonido. Pienso en la disonancia del comienzo del Lamento de la ninfa, de Monteverdi, en el momento en que el texto dice "sobre el pálido rostro afloraba su dolor", y encuentro ese mismo temblor, esa misma agitación, en estas breves y, para mí, poéticas canciones de Sciarrino.

    ResponderEliminar
  5. Escuché atentamente el disco en cuestión (internet obra milagros). ¿Vos decís, Diego, que encontrás en los madrigales de Sciarrino la misma capacidad dramática y expresiva que en los de Monteverdi, que llega al detalle de trabajar cada palabra, es decir, el sonido de cada palabra, de acuerdo a las necesidades del texto (o a las intenciones del compositor respecto del texto)? ¿Es decir que Sciarrino haría, con otros recursos, lo mismo que Monteverdi? Si así fuera, al menos a mí no me resulta para nada elocuente. Al contrario, tiendo a pensar que en Sciarrino los textos son una excusa para la creatividad vocal. ¿O es que acaso hay, mediante recursos vocales, una intensificación de lo que puedan expresar las palabras de estos haikus? Es cierto que hay una extraordinaria riqueza de la voz, pero, me parece, al fragmentar, repetir y variar sin conexión aparente (explorando diversas inflexiones posibles de las palabras), y de manera tan extrema, cada texto (Sciarrino hace de cada haiku varios rompecabezas de fonemas), esa riqueza expresiva no se traslada al sentido (por más que no esté intentando contar nada), no lo refuerza. El texto es una excusa para el regocijo verbal, podrían ser palabras inventadas y no cambiaría nada. Claro que en Monteverdi se trata de emociones y situaciones humanas, y aquí de objetos y paisajes naturales. Es decir, si en Monteverdi una disonancia o el temblor de la voz pueden expresar la intensidad de un dolor, o la regularidad de una voces pueden expresar la certidumbre de unos en contraste con la incertidumbre de otros, o el paulatino derrumbe del equilibrio polifónico puede expresar vaya a saber qué, ¿cuáles serían algunos ejemplos de recursos equivalentes en los madrigales de Sciarrino? No niego que estén allí, solo digo que deben ser tan sutiles que no alcanzo a percibirlos. Entiendo, creo, cómo expresa Monteverdi el dolor amoroso; no llego a percibir qué, y cómo, expresa Sciarrino de estos haikus sobre islas, mar, viento, cigarras y alondras.
    A menos que además todo tenga que ver con la cuestión de la poética de los afectos, y ahí estoy en babia.
    En fin, tengo problemas con la combinación de fragmentación, repetición y desconexión: acabo de descubrir que soy un oyente anterior al siglo XX. Pero solo si es música vocal: pienso en mucha música instrumental contemporánea, en la que también se fragmentan los sonidos, pero hay una sensación de conexión: a una miríada de sonidos le sigue otra (no en bloque, claro, sino como flujo), parecen estar conectadas, o al menos a mí me dan esa sensación (y no hablo de linealidad ni relato).
    (Che, cómo me hacen laburar!)

    ResponderEliminar
  6. Ignatius. Jamás hablé (ni hablaría) de que Sciarrino sea lo mismo que Monteversi (o que valga igual, comparación que me resultaría, además de imposible, inútil). Se trata, para mí, de eso por lo que Steiner habla de la canción como una traducción. Monteverdi traduce (teoría de los afectos de por medio). Nono traducía (en Il canto sospesso). Y Sciarrino, de modo muy diverso, traduce a un mundo sonoro. Y traduce magistralmente no en un territorio de sentidos literales sino, más bien, poéticos.

    ResponderEliminar
  7. Diego, ¿donde se consiguen los discos de Lantower? A Zivals le faltan varios del catálogo.

    ResponderEliminar
  8. Creo que se consiguen más o menos fácilmente y Zival's suele ser un buen lugar. Tal vez allí puedan encargar aquellos que se les agotan,

    ResponderEliminar