Fue el compositor de la música de la película Green Mansions, dirigida por Mel Ferrer y con él y Audrey Hepburn como protagonistas. Fue el ideólogo del extraordinario plan de educación musical implementado por el gobierno populista (¡oh no!) de Getúlio Vargas. Y sus obras posteriores a la década de 1940 fueron señaladas abundantemente por la intelligentsia musical de su época como pintoresquistas y superficiales. Lo que puede decirse con certeza, en todo caso. es que, salvo por su música para guitarra y alguna de sus Bachianas brasileiras, Heitor Villa-Lobos es un desconocido. Una de sus obras más geniales es una suerte de largo poema sinfónico para piano solo llamado Rudepoêma, compuesto en Río de Janeiro entre 1921 y 1926, algo así como la consagración de una luminosa y excéntrica primavera amazónica. Artur Rubinstein fue uno de los pianistas que interpretó esta obra. Y no hay muchos más, en parte por sus inmensas dificultades de ejecución que anticipan, claro, al pianismo híper polirrítmico de Egberto Gismonti. Entre los que sí está el notable Marc-André Hamelin. Aquí y aquí, puede escucharse –separada en dos partes– su memorable interpretación de Rudepoêma.
martes, 16 de mayo de 2017
Rudepoêma
Fue el compositor de la música de la película Green Mansions, dirigida por Mel Ferrer y con él y Audrey Hepburn como protagonistas. Fue el ideólogo del extraordinario plan de educación musical implementado por el gobierno populista (¡oh no!) de Getúlio Vargas. Y sus obras posteriores a la década de 1940 fueron señaladas abundantemente por la intelligentsia musical de su época como pintoresquistas y superficiales. Lo que puede decirse con certeza, en todo caso. es que, salvo por su música para guitarra y alguna de sus Bachianas brasileiras, Heitor Villa-Lobos es un desconocido. Una de sus obras más geniales es una suerte de largo poema sinfónico para piano solo llamado Rudepoêma, compuesto en Río de Janeiro entre 1921 y 1926, algo así como la consagración de una luminosa y excéntrica primavera amazónica. Artur Rubinstein fue uno de los pianistas que interpretó esta obra. Y no hay muchos más, en parte por sus inmensas dificultades de ejecución que anticipan, claro, al pianismo híper polirrítmico de Egberto Gismonti. Entre los que sí está el notable Marc-André Hamelin. Aquí y aquí, puede escucharse –separada en dos partes– su memorable interpretación de Rudepoêma.
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Publicado por
diego fischerman
en
8:36
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