La foto –enviada gentilmente por Edgardo Cozarinsky– corresponde a una escena de
Rienzi, el último tribuno, de Richard Wagner, en la puesta de Philipp Stölzl que se estrenó en la Deutschen Oper Berlin en enero de este año. El prestigioso
Goldengrossegorilla, será entregado al lector o lectora de este blog que reconozca la fuente de inspiración del régisseur.
Y sí, el peronismo siempre tuvo algo wagneriano.
ResponderEliminarEl de la derecha parece Curly, de joven, pero Curly no era peronista ¿no?
ResponderEliminarAhora que me pongo a pensar: Hubo 18 años de holandés errante, condenado a vagar por haber ofendido a los dioses de la oligarquía y la Iglesia Católica, hasta que volvió en el avión fantasma negro.
ResponderEliminarAlgunos lo esperaban con temor, otros con esperanza en la leyenda. Finalmente volvió a irse, pero se llevó a varios de sus devotos, entre ellos un tal Bruno Amadeo "Senta"
A Guillermo. Alguien (no yo, por favor) diría que el de la derecha siempre es peronista.
ResponderEliminarUn conocido director de cine dijo "cada vez que escucho a Wagner, me dan ganas de levantar el parquet".
ResponderEliminarAhora entiendo mejor.
Coincido con Guillermo. Sería Curly cuando dejó los 3 chiflados (o lo echaron). Ahí se hizo peronista.
ResponderEliminar"Llevo en mis oídos la más maravillosa música..."
ResponderEliminarSuri (E)
Creo que la escena evoca el anuncio del aguinaldo cagueño (no está claro si el adjetivo refiere a la molestia que ocasionaría la medida en los patrones o a la decepción de los trabajadores por lo exíguo del reparto).
ResponderEliminarDiego: en honor a mi prfesora de alemám -hija de uno de los famosos ingenieros de Córdoba- te corrijo el nombre del premio , al que no aspiro. "Gross Goldgorilla"
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