Marcas. Señales. Casi sinónimos. Y, también, son las marcas, desde el punto de vista del marketing, las que dejan señales, como los animales en los árboles, para que otros reconozcan a los de su misma especie. Determinadas zapatillas, pantalones o perfumes (sus marcas) son los que dejan las marcas sociales de reconocimiento. También pasa con la música. Callas, Coltrane, Bartók u Oscar Peterson (aquella escena en aquella película con Woody Allen) son, además de lo que son, maneras de decirle al otro quién se es. Y hay nombres, músicas, que a costa de ser marcas dejan de ser músicas. Tristano, Lennie Tristano, alcanza, con su mención, para decir tanto que ni falta hace escucharlo. Por eso, mejor volver a él.
Aquí, en una interpretación memorable, en Copenhagen, en 1965.