martes, 21 de septiembre de 2010

Un ornitólogo francés







Además de agregarle una curiosa diéresis al apellido de Olivier Messiaen, el periódico La Nación publica hoy, martes 21 de septiembre, una nota donde, supuestamente, se critica el concierto en el que la Filarmónica de Buenos Aires estrenó su Concert à quatre, obra póstuma e inconclusa que fue completada, a partir de sus apuntes, por dos de los solistas a los que está dedicada, el oboísta Heinz Holliger y la pianista Yvonne Loriod. Pero, más allá, la reseña descalifica abiertamente a Messiaen como compositor. Quien lo hace, seguramente basado en su sólida e inapelable formación musical y en estética y filosofía del arte, es Juan Carlos Montero quien, además, no se priva de un gracioso chiste al final. Gracias a su rigor y valentía intelectual, el mundo, que hasta ahora consideraba a Messiaen uno de los autores más importantes del siglo XX, revisará su posición. Dice Montero:
 
“...(S)e escuchó una composición realmente pobre del ornitólogo francés Olivier Messiaën, de muy extensa producción pese a lo cual su Concierto a quatre para flauta, oboe, violonchelo, piano y orquesta provocó una sensación curiosa; a medida que avanzaba el discurso sonoro, con esa constante inclinación del autor por querer imitar los sonidos inimitables de los pájaros, la pretendida música se fue trasformando en una amalgama de sonidos incoherentes, poco menos que insoportables, a tal punto que el virtuosismo y la jerarquía de los solistas sólo recibieron un buen aplauso al finalizar. Pero sólo uno, como debe ser para otro fraude de Olivier Messiaën”.

6 comentarios:

  1. Yo estoy releyendo Lolita, una novela de un entomólogo ruso que es un verdadero fraude. Pura pornografía lírica.

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  2. Gracias, Diego, por traer a nuestra atención esta gran composición realmente pobre del propietario Juan Carlos Montërò, de muy extensa producción confundiendo valor y gusto, que provoca una sensación curiosa: a medida que avanza el discurso escrito, con esa constante inclinación del autor por querer extender al universo las ideas de su barrio, la pretendida crítica se va transformando en una amalgama de palabras arrogantemente coherentes, poco menos que insoportables, a tal punto que el virtuosismo y la jerarquía de los solistas diseñadores de página solo merecen recibir un aplauso al finalizar la lectura. Pero solo uno, como debe ser para otro fraude de Juan Carlos Montërò.

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  3. Hay que actuar con altura: caguémoslo a trompadas y capaz que aprende. Qué hijo de puta!

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  4. Olivier Messiaen además de ornitólogo y lindo era un gran corta crema... no se entiende bien para qué iran estos monigotes perfumados a ver obras que saben que no podrán soportar?

    Messiaen, músico aun bajo las circunstancias más circuncisas; una imaginación demasiado intensa.

    No conozco esta obra... me la voy a buscar.

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  5. Montero consigue lo que nunca pudo Messiaen: este falló en imitar los inimitables sonidos de los pájaros, mientras que el crítico consigue desde hace mucho reproducir fielmente las aún más inimitables cagadas de estos bichos, por no hablar de unas cuantas de sus costumbres intelectuales.

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