domingo, 28 de marzo de 2010

Espacio



Escucho, en la mañana de ayer, la última de las Traces de Martín Matalón, escritas para solista y electrónica en tiempo real. Está incluida en su último disco y fue compuesta para soprano. La coloratura y el virtuosismo se unen a una trama misteriosa e inquietante. Es de lo mejor que escuché últimamente. A la noche, en la Cité de la Musique, asistí a un gran concierto: John Adams dirigiendo tres obras suyas –Son of Chamber Symphony, Shaker Loops y Chamber Symphony– al frente del Asko Schönberg Ensemble (el mismo que tocaba en La Rosa de los Vientos de Kagel y en la Ligeti Edition). Nada une, en primera instancia, las estéticas de Matalón y Adams, salvo, tal vez, la precisión técnica de la escritura. Sin embargo, de manera más evidente en Matalón y perceptible en Adams, para mí por primera vez, en la audición en vivo, está la cuestión del espacio. Son músicas que además de transcurrir en el tiempo se desarrollan –se desplazan, se enriquecen, mutan– en el espacio.

3 comentarios:

  1. La Sinfonía de Camara de Adams posee para mi mucho del zeitgeist de mediados de los 90, con sus cruces cada vez màs evidentes entre lo culto y lo popular. Los titulos de sus movimientos son declaraciones de principios. "aria with walking bass" o el fantàstico final "Road Runner" con ese super unisono!
    Y la obra se llama "Sinfonía de Càmara"!!!!!! O sea, Schonberg.
    Primero envidio la experiencia del vivo y luego te pregunto: la orquesta fue amplificada? Saludos desde el Sur.

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  2. La orquesta no estuvo amplificada. Y creo que en mi vida escuché/ví mayor exactitud y virtuosismo colectivo (en obras que lo demandan y lo lucen). La obra que más sufre con el tiempo transcurrido (por lo menos para mí, que nunca disfruté mucho del minimalismo) es Shaker Loops. Y la Son of Chamber Symphony, una especie de derivación de la Chamber compuesta en 2007, es fantástica. Incidentalmente, resultan interesantes las discusiones de algunos compositores en relación con la programación de Adams en la Cité de la Musique. Daniel D'Adamo, un argentino radicado aquí, llegó a opinar que se trata del correlato del triunfo de la derecha. Para él (para algunos) se trata del abandono por parte del Estado de la tarea de formación y estímulo a la creación y su entrega, sin más, a las reglas del mercado –es más, debí soportar unas cuantas pullas por haber gustado de algo tan superficial y marketinero–. Otro detalle fue el público. La sala (inmensa) estaba llena. Hubo ovaciones de pie y, obviamente, no se trataba, mayoritariamente, de público de música clásica (hubo aplausos entre movimientos, por ejemplo). Y en relación con la envidia, hasta yo mismo me envidio.

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  3. Pfff... Se me escapa el contexto, pero justo la Sinfonìa de Cámara de Adams es un OBRON. Es inteligente, audaz, bien escrita y con swing. Efectivamente, shaker loops forma parte de la etapa "didàctica" del minimalismo. Tal vez, como con todo momento inicial, las nuevas mùsicas del siglo pasado quedaron presas de su aspecto "de programa" digamos. Lo mismo pasa con las primeras obras de Steve Reich. Rápidamente, a partir de los 80, ambos abandonaron el mecanicismo objetivista por apelar màs a la oerja. Nada distinto por cierto de lo que les paso a los serialistas integrales en su momento.

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