domingo, 15 de agosto de 2010

Abbey road


Leo, con tristeza, la noticia de la muerte de Abbey Lincoln, no sólo una de las grandes cantantes de la historia del jazz sino una artista gigantesca, ya desde discos inaugurales como It's Magic (1958) y Abbey is Blue (1959), editados por Riverside, y el notable (y casi experimental) Straight Ahead, grabado para el sello Candid en 1961, donde tocan Coleman Hawkins y Eric Dolphy, entre otros, y resulta notable la impronta de quien era entonces su marido, el baterista Max Roach. Lincoln murió ayer, en Nueva York, a los 80 años. Compositora de gran parte de su repertorio, alguna vez se sorprendió, en un reportaje realizado por la revista Down Beat, de que las nuevas cantantes interpretaran siempre las mismas viejas canciones. "No puedo entenderlo", decía. Entre muchos discos extraordinarios no deberían pasar desapercibidos los publicados por Verve en los noventa, en particular el tardío Wholly Earth (1998) donde participa el vibrafonista Bobby Hutcherson y canta a dúo con Maggie Brown una canción sumamente bella, "And It's Suppose To Be Love", y los que tal vez sean los mejores de todos, The World Is Falling Down, de 1990, con J. J. Johnson en trombón, Clark Terry en trompeta, Jackie McLean en saxo, Charlie Haden en contrabajo y Billy Higgins en batería, con arreglos de Ron Carter, You Gotta Pay The Band, de 1991, con Stan Getz en saxo, Hank Jones en piano, Haden en contrabajo, Mark Johnson en batería y su hija, Nadine Roach, en viola, y When There is Love, en dúo con Hank Jones (1992).

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