viernes, 15 de enero de 2010

Beatlesjuice. El veredicto











1. La edición anterior en Cds, con un sonido supercomprimido y un look general a la usanza de los ochenta, no sirve para nada.
2-El sonido de los Beatles, el de su época pero trabajado hasta el máximo detalle, como lo hacía George Martin y luego lo hicieron, junto a él, los propios Beatles, está en la caja Mono. Hay allí, además, algunas sorpresas. En Sgt. Pepper las tomas que se usaron para la versión mono no son las mismas utilizadas en la mezcla estéreo (que no hacía Martin ni ninguno de los Beatles) y por lo tanto los temas suenan distintos. Y en algunos casos, como en "She's leaving home", hasta la velocidad es diferente (es posible que para darle más brillo a la mezcla mono, se haya decidido llevarla a un octavo más de velocidad.
3- La caja estéreo, con su brillante luz sobre lo que antes estaba en sombra, es tan monstruosa como irresistible.
4- Como siempre, las mejores soluciones –un Audi para todos los días, un Rolls para las fiestas y un Aston convertible para los días calurosos– son caras, imposibles o ambas cosas a la vez –generalmente una a consecuencia de la otra–. Aún así se aconseja tener –o por lo menos escuchar– las dos ediciones. En la Mono está el rigor etnológico, y el brillo y el detalle (aun a costa de la fidelidad al concepto original) se encuentran en la Estéreo.

2 comentarios:

  1. Me parece que uno es cautivo de las primeras escuchas, de allí ese residuo de preferencia por las versiones originales.
    La primera vez que escuché la 3º Sinfonía de Brahms, dirigida por Stokowski, lo hice en mi viejo tocadisco. Luego, escuchando Help de los Beatles advertí que el plato giraba más despacio de lo normal, 30 rpm, por decir algo.
    Luego conseguí la Tercera en versión de Karajan y soporte digital, y escuché muchas versiones más: Todas me parecen demasiado rápidas en comparación con aquella emocionante, y ralentizada, primera escucha. Saludos.

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  2. Que curioso e interesante este punteo y el comentario, ya que incluso tuve la eventualidad cronológica de escuchar y conocer a los beatles mediante las cintas argentinas, lo que seguramente debe de haberme generado una primera impresión desprovista de los infinitos matices de la remasterización stereo, además de algunas curiosas listas de temas únicas, como la conformada por la repetición del tema I wanna be your man en el disco With the Beatles. A quién se le habrá ocurrido eso para compensar la diferencia de duración del lado a y el b lo desconozco, pero justamente al escuchar ese disco en su remasterización 2009 me llegó directamente esa percepción antigua, guardada por mucho tiempo. Y, más precisamente en el aspecto sonoro, tuve la sensación de gran brillantez en algunos temas y la existencia de espacio nunca antes escuchado entre los instrumentos y las voces, algo agradable en cuanto a la posible percepción cuidadosa o hasta estudiosa de esas grabaciones. Pero algo internamente me decía que eso tan separado estaba junto, mucho más junto y que hasta la magia de algunos coros era que parecían flotar en un mismo espacio. Repito que esto es una mera sensación, carente de expecativas de juicios o polémicas, sólo expreso una sensación sumamente corporal. Quizás tengamos que tener tanto el Rolls, el Audi y el Aston. Merecemos lo mejor, siempre!!!

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