sábado, 19 de marzo de 2011
Grasa
Un comentario de un lector acerca de las tapas más feas de la historia reactualiza un concepto imprescindible, alguna vez duramente cuestionado por otro lector: lo grasa. En algún momento, hablando de los coros del arreglo de Leopoldo Federico para la versión de Julio Sosa de "Nada". de Dames y Samguinetti, yo había utilizado ese término, al que, con una especie de visión gorila sobre lo gorila (es decir, gorila es "lo otro") se le endilgó un sentido de clase y, más precisamente, de clase alta. Lo bueno de estas palabras es que uno puede definirlas como más le guste y que no necesariamente quieren decir lo mismo para todos. Es posible que alguien de clase alta ubique como "grasas" cosas que para mí no lo son y, desde ya, su exacta inversión. Si vamos al caso, a mí la clase alta me parece bastante grasa. Y varios de sus tics casi sirven para definir lo grasa. Por ejemplo, para mí hay pocas cosas más grasas que decir la marca de algo en lugar de la clase de objeto de que se trata. "Dejé el Beeme estacionado a una cuadra" es, por ejemplo, una prueba de grasitud sin límites. Como lo es la frase escuchada en la puerta del local de vinos que está en Migueletes y Gorostiaga, cuando desde una 4x4 (toda una apología de lo grasa en sí) el conductor gritaba hacia el interior del local: "Che, preparame una caja de Pommery". Es grasa decir "¿Querés un Parma que compré en Valenti" y no "Tengo un jamón muy rico, ¿querés probarlo?". Y son grasas los coros de "Nada" y muchas de las tapas de Miles Davis, por supuesto.
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Publicado por
diego fischerman
en
12:21
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Tan así de amplia es la definición de "grasa" que permite la inclusión de un disacárido. Cagaste teniendo una bioquímica.
ResponderEliminarAcá hay una grasa: http://themedicalbiochemistrypage.org/images/triacylglyceride.jpg
Es lo que siempre dije. El uso de Internet, combinado con la ignorancia, es fatal. De todas maneras ya cambié el dibujito.
ResponderEliminarY es, por lo menos, polémico. “Grasa” sigue teniendo un componente de clase y discriminatorio, ya que supone que hay un “buen gusto” definido por alguien que pertenece a una determinada clase social. Y la pertenencia a una clase social no está dada únicamente por la posesión o no de los medios de producción de una sociedad, eso ya lo sabemos. En una sociedad capitalista, ese “buen gusto” es capitalista. Es así. Lamentablemente. Por lo tanto es de clase y discriminatorio; creo que nadie se siente halagado cuando le dicen que es un “grasa”.
ResponderEliminarIgualmente, creo que nos da demasiada importancia. Son apenas algunos comentarios que no arruinan nuestra admiración por usted y su obra. De hecho, gran parte de mis reflexiones están inspiradas de algunas partes de su precioso Efecto Beethoven.
Cordialmente,
Decimonónico.
Todos pensamos, y yo también, que nuestro gusto es el "buen gusto". or supuesto que el sentido del gusto es de clase pero, no necesariamente, en el sentido marxista clásico. Las clases del caso son, en todo caso, más complejas e incluyen cuestiones de formación, hábitos, etc. Es posible que haya más en común entre el "buen gusto" de los dueños de las 4x4 y sus peones que entre cualquiera de ellos y un estudiante de filosofía, aunque, obviamente, se trata de una simplificación. Lo cierto es que mi particular idea del buen gusto condena, en general, os excesos y las exhibiciones. Posiblemente el que habla del Beeme y el que grita su caja de Pommery –y diría, en general, del que habla a los gritos e impone su privacidad a lo puúblico, es en algún sentido equivalente a quien derrama (como gotas de grasa, es claro) muchas más notas que las necesarias sobre el teclado de un piano. Y me hago cargo, desde ya, que la palabra "necesarias" abriría nuevas discusiones. En el lugar del antropólogo social, del etnólogo de la cultura o, incluso, en el mucho más despretigiado del crítico musical, me cuido de que mis gustos puedan confundirse con un dogma. Y, sobre todo, del habitual recurso de inventar teorías generales para justificar hábitos particulares (y propios y, tal vez, ni siquiera reivindicables). En un blog –en éste– me doy el lujo de hablar de mis gustos. Miro con anteojos de color pero todos saben de antemano –espero– cuál es el color de mis anteojos.
ResponderEliminarLo que sí me pareceió un poco desafortunado es haber sospechado del gorilismo de mi anterior comentario. No es justo. Todos sabemos lo que significa gorila, aquí no hay dobles interpretaciones. Ojo, lo digo como concepto académico.
ResponderEliminarDecimonónico.
Jamás fue mi intención gorilizar a nadie, apenas señalar que en ocasiones el concepto se utiliza, y no digo que este haya sido el caso, como recurso para negar entidad al otro, que es precisamente aquello que se condenaría.
ResponderEliminarPhil Spector y su "wall of sound" en los ultimos Beatles es grasa?
ResponderEliminarYes tocando 45 minutos de más en "Tales from topographic oceans" es grasa ?
Melingo cantando tangos es grasa ? O lo era en Lions in love ?
Sobre el gusto en música coincido en que la mesura es signo de buen gusto. Prefiero los solos de David Gilmour a los de Al di Meola.
Pero Paco de Lucía o Tomatito en llamas son inmejorables.
Me viene a la mente para no caer en dudas obsesivas un concepto acuñado por Baldassare Castiglione en "Il cortesano" llamado "sprezzatura". Significa para un músico poder tocar algo extremandamente difícil y tecnicamente demandante como si fuera muy facil. Tocar relajado y con cierta displicencia la sonata en Si m de Lizt por ejemplo.
Esa podría ser mi definición de buen gusto musical.
está bueno lo de la "sprezzatura"... y hasta podría pensarse en su opuesto: tocar algo relativamente sencillo con ademanes exagerados, como si uno fuera presa de un rapto de inspiración para tocar "Para Elisa". Eso sería grasa o, más enfáticamente, "spazzatura".
ResponderEliminarDiego, muy claro lo que escribiste después de la hora de la siesta. Coincido con tus conceptos... siempre, diría.
ResponderEliminarMe parece que un sujeto, con su combinación de inteligencia y sensibilidad, difícilmente medibles y comparables, cualifica y cuantifica... con sus experiencias de todo tipo, tolerancia y según a qué armonías está acostumbrado... un camino de ida.
Luego, más o menos nos juntamos los del mismo palo.
Entonces, tal vez debamos mencionar oportunidad y ubicación, contexto y condiciones de borde, para denominar "grasa"...
Marco.
Me encantó lo de la "spazzatura" !
ResponderEliminar¿Entonces sería acertado decir que George Benson toca grasadas (pero) con cierta elegancia?
ResponderEliminarQuerido Ignatius, en este plano tan de relativismo cultural en que andamos sería, por cierto, acertado. En uno más personalno consideraría grasadas a lo que hacía Benson, un músico verdaderamente extraordinario. Algunos de sus discos, más claramente pop, no me gustan. Pero eso no significa nada en particular, sólo que mi gusto va por otro lado. Si uno busca los aspectos contradictorios de lo grasa, diría que el paradigma (por lo menos para mí, que lo admiro sin reservas) es Tom Jones, que literalmente la chorrea, devenida sudor, en cada una de sus interpretaciones.
ResponderEliminarEntiendo. Solo aclaro que para mí la calidad musical de Benson está fuera de duda, y que no todo es grasa lo que segrega su guitarra, ni mucho menos. Su solvencia le permite deslizarse con elegancia aún en lo que, creo, sí lo es.
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