Un musicólogo italiano sembró el pánico: "Para Elisa" no sería de Beethoven. El nombre del catedrático ya es de por sí significativo: Luca Chiantore. Y si quien lo sabe canta, Chiantore no se sabe muy bien qué canta porque su argumentación descansa en que no existe un manuscrito completo de la bagatela firmado por Beethoven. El señor Ludwig Nohl, que fue quien la editó, habría falseado la autoría atribuyéndola a su tocayo cuando en realidad lo único que tenía entre manos era un borrador. Pero resulta que no hay uno sino dos borradores de "Para Elisa" y uno de ellos, más allá de las desprolijidades a veces indescifrables de su ilustre autor, es la partitura de la obra tal como se la conoce (o desconoce).
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