Acaba de estrenarse Carmen, de Bizet, en la Scala de Milán, con una nueva puesta, de Emma Dante, y dirigida musicalmente por Daniel Barenboim. Los protagonistas, como puede oírse –y verse– aquí (y es que la ópera sigue siendo teatro, ¿no?) son extraordinarios. Jonas Kauffmann era previsible pero la sorpresa es la casi debutante Anita Rachvelishvili, graduada el año pasado en la propia escuela del teatro y elegida inicialmente para el papel de Frasquita hasta que Barenboim insistió para que representara el rol principal. Lo notable es la manera en que algunos fans locales, nucleados en un foro de operómanos, recogió –y aplaudió– la historia de los supuestos abucheos a la puesta, aparentemente discutida por su "excesivo minimalismo" (no en lo teatral, como puede observarse). La revista inglesa Gramophone, en su página Web, es un poco más objetiva. Dice: "Catorce minutos de aplauso premiaron a Anita Rachvelishvili, de 25 años, y al cast de la Carmen de Barenboim... los minimalistas escenografía y vestuarios, llenos de color, de la directora de teatro nacida en Sicilia Emma Dante, en su debut operístico, le parecieron demasiado modernos a los tradicionalistas de La Scala".
jueves, 10 de diciembre de 2009
Carmen y la Barra Brava
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Publicado por
diego fischerman
en
11:08
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Nunca mejor elegido el título de esta entrada. Varias veces he dicho en mi blog que la audiencia operística parece más bien uan barra brava. Realmente resulta curioso como un grupo de señores vistiendo Armani y Dolce Gabbana pueda comportarse así.
ResponderEliminarBueno acá también pasó lo mismo con algunas óperas, como vos bien sabrás. Salvo que acá se usa ropa compranda en Once.
En fin... muy buen comentario el tuyo.
Saludos
Frank.