viernes, 25 de diciembre de 2009

Felicidades















Para los creyentes en algún dios, para los creyentes en la no existencia de ningún dios y para los creyentes en Ellington, mis deseos (posiblemente inútiles) de la máxima y más permanente de las felicidades. Y, si tal cosa no fuera posible, pueden solazarse con "Heaven", una hermosa canción perteneciente al segundo Concierto sagrado de Duke Ellington, de 1968.

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