domingo, 6 de diciembre de 2009

El arce es un tronco


Leo en La Nación un reportaje al exitoso divulgador Marcelo Arce. No discutiré aquí, como hace un tiempo hicieron algunos musicólogos argentinos en el foro de su asociación, acerca de la competencia profesional del reporteado para hacer lo que hace. Me interesa, más bien, entender –y no sería un mal tema de investigación para los musicólogos– qué clase de pacto implícito acerca de lo que la música es para muchos oyentes Arce pone en escena. Los musicólogos gustan de lo"émico" (de fonémico), que toma en cuenta el punto de vista del informante. Pero el relativismo cultural se les termina cuando el OTRO está demasiado cerca y, sobre todo, cuando compite con ellos laboralmente. En un ritual colectivo –y las "funciones", como él las llama, sin duda lo son– no se califica al oficiante; se trata de entender las verdades que el rito oculta (o muestra). "Termino de dar una función sobre la Sinfonía patética de Tchaikovsky. Todos estamos muy conmocionados y yo, literalmente empapado por el esfuerzo", dice, por ejemplo, Arce, que llama Don Beetho a Beethoven y que asegura: "No me gustan las divisiones, hablar de música popular y música culta. Creo que hay una sola clase de música, la que tiene arte. ¿Y cuándo es artística la música? Cuando tiene forma y contenido. Hay reglas precisas para establecer esto. ¿Quién puede negar que son clásicos Duke Ellington, Freddie Mercury u Horacio Salgán? Clásico es aquello que resiste la prueba del tiempo, que es ejemplar, como sucede con 'Rapsodia Bohemia' de Freddie Mercury, 'Caravana' de Duke Ellington o 'Fuego lento' de Horacio Salgán". Decía, y cumpliré, que no discutiré a Arce. Sólo pregunto: ¿Cómo se sabe cuándo una música "tiene forma y contenido" y, sobre todo, cuál sería aquella que no los tiene? ¿Puede una música tener contenido y no forma, o lo contrario, o se trataría, en el caso de la música que "no es artística", de una ausencia general de todo? ¿Cuáles son esas "reglas precisas" que Arce, a diferencia de la musicología en su conjunto, conoce? Y, finalmente, dado que "hay una clase de música", esa que según él es artística, lo otro ¿cómo se llama?

14 comentarios:

  1. En el tipo de divulgación que hace Arce siempre ví un componente de clase: Una posibilidad de distinción asequible a todo público.
    Desde la adolescencia escucho a muchas personas convencidas de su educación decir "Me gusta todo menos la cumbia", lo cual, de movida, es ilógico ("todos menos algo"), y en segundo lugar sectariamente democrático: Ese todo incluye músicas cuyos diversos valores el melómano prefiere omitir en nombre del "gusto", criterio subjetivo, ecuménico y democrático; pero excluye a la "cumbia", que no es música, no es parte del todo.
    A esa gente, creo, Arce las ilustra en lo que ya saben: Que hay "buena música" que una persona decente puede entender (desde adentro) mientras la disfruta, sin pedantescas categorías ni análisis. Y lo otro no es música, es un emergente social, se analiza (desde afuera) sin disfrutar o se excluye.

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  2. La pampa tiene el ombú
    La Nazión tiene su arce;
    Y Don Beetho, bajo tierra,
    no para de revolcarse.

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  3. Son claros problemas de lenguaje. Lo que es y lo que no es. Primero hay que aislar el problema del lenguaje como se hace en las ciencas duras. Luego, se puede seguir discutiendo. Creo que quien se expresa como Arce, intenta armar algo así como un pequeño escándalo con sus palabras para que el oyente le preste atención. Nada más. No tiene ni forma ni contenido la definición / clasificación esa de música. Igual, si hace falta un Arce para que alguien descubra algo de Don Beto (supongo que si es Beto no tiene "h") o de Don Amadeus (este iría en el original por culpa de la película) o hasta de Ricky (aunque a Wagner me daría cosa no llamarlo de modo más solemne) o de algún otro amigote como esos, habrá que reconocer la contribución. Me hace acordar a lo que decía Julio Nudler a propósito de la radio que llevaba el nombre de Don Amadeus. En aquel entonces él decía que más allá de quién y/o cómo hubiera puesto en funcionamiento esa radio, era un placer escuchar con buen audio la música (en sentido amplio, sin distinguir forma, contenido, color, olor, sabor...) que programaban.

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  4. En una oportunidad me tocó presenciar un show de Arce y juro que es algo curioso. A mí no se me hubiera ocurrido, pero es evidente que hay gente (mucha) a la que le gusta, le divierte, o ambas cosas.
    Tampoco me atrevería a crucificar a Arce por hacer lo que hace, al menos por un par de razones: en primer lugar es un cuentapropista (eso creo) que tiene su propio negocio. En segundo lugar, mal que me pese, estoy seguro que su efecto es más benéfico que negativo. Mucha gente tiene a partir de estas conferencias un acercamiento a la música de concierto.
    En verdad, lamento decir esto porque no es lo que siento. Creo que se puede hacer otro tipo de divulgación, solo que los que tienen los medios (de difusión o económicos, sean empresas periodísticas, asociaciones culturales o el mismo estado) operan con una lógica cortoplacista, futbolera. En un contexto así, es lógico que Arce gane por goleada.
    Saludos

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  5. Coincido con Galliano. Arce viene a llenar un vacío que vaya a saberse por qué motivos los músicólogos (no digo todos, pero sí la mayoría) han dejado. Quiero decir: las funciones de Arce demuestran que hay un público ávido de saber un poco más sobre música. A falta de buenos musicólogos (la demanda está hecha) estos lugares los ocupan gente como Arce. Lo valorable de Arce, tal vez lo único, es que se puso a pensar en se problema. Y tal vez obligue a muchos musicólogos a repensar sus vínculos con una sociedad que todavía los demanda.
    Saludos,
    Decimonónico

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  6. Confieso que nunca escuché a Marcelo Arce, pero he conocido a personas sí lo han hecho y son muy entusiastas al respecto.
    El hecho que Arce haya "robado" una obra de otro compositor para presentarse a un concurso o que haya montado un show con mucho de televisivo alrededor de algo tan "serio" como la música de tradición escrita son factores atendibles pero no sé si van al fondo de la cuestión.
    La pregunta que se me ocurre como más acuciante es si Marcelo Arce no está vendiendo un producto bastardeado, una mala fotocopia cultural en vez de cultura. Una cosa es ver a la Gioconda en latas de dulce de batata, otra verla a través del vidrio a prueba de balas del Louvre y otra verla en una buena reproducción.
    En música, por suerte, hay un gran margen de subjetividad, en la escucha que en definitiva siempre es individual.
    Pero en la transmisión de toda la información circundante se puede hacer o no énfasis en lo superficial o en lo importante.
    Algunos prefieren leer a Coelho antes que los Upanishads o Meister Eckhardt.
    Si se elige la versión decafeinada de la música clásica, el "folclore europeo" como dice un amigo mío; estoy más que tentado a afirmar que Marcelo Arce vende más esnobismo y status que cultura.
    No lo sé a ciencia cierta pero dudo muchísimo que la canzona de Frescobaldi que puso Diego a posteriori, sea parte de sus cursos.

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  7. Arce es Arce es Arce es Arce. O para decirlo de otra manera, no es ninguna de las cosas que no es. es posible que no incluya a Frescobaldi en su menú pero, al fin y al cabo, el Colón tampoco lo incluye. Más allá de la antipatía personal que sus puntos de vista me producen, uno podría pensar que su función es benéfica. En efecto, mucha gente conoce gracias a él música –es decir placeres– que de otra manera no hubiera descubierto. Si la manera en que lo hace, en lugar de abrirles nuevas puertas las cierra es, en todo caso, una discusión más compleja y no muy distinta de la podría llevarse adelante alrededor de las religiones –¿alivian o adormecen; llevan al conocimiento o lo evitan dando una versión simplista capaz de reemplazarlo conéxito?–. A mí, más que Arce, me interesa el éxito de Arce. Es decir, qué de lo que él ofrece se conecta con qué cosa de las creencias de los oyentes acerca de lo que es entender –y disfrutar– la música.

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  8. A lo mejor yo soy muy extremo, pero las religiones me parece que todas adormecen y brindan muletas espirituales.
    Prefiero como alternativas, el enfrentar el aparente sinsentido de la vida sin fábulas de kindergarden si se elige el ateísmo o buscar formas de misticismo individual sin estructuras autoritarias si se elige la espiritualidad. Pero bueno, reconozco que soy un anarco recalcitrante.
    Diego, tenés razón es que el tema de fondo es porqué Arce, que supongo coincidimos en su versión Coelho Osho de la musica; tiene tanto éxito.
    Tal vez esa versión light y de zapping brinda el máximo placer posible con el menor esfuerzo. Y eso es lo que quiere el oyente.
    También es cierto que no se necesita saber de contrapunto para disfrutar a Bach o Buxtehude.

    Pero creo que el público medio de Arce no compra musica, compra un barniz barato de cultura que lo hace sentir una persona menos ignorante.

    No me parece que la cultura pase porque todos escuchen a "don Beetho" gracias a Arce. De la misma forma que no me parece literatura que muchos compren a Dan Brown.

    Pero, volviendo al tema de las religiones, con la pérdida de sacralización de la sociedad, una vez que se tiene dinero o algo de dinero, se quiere comprar algo que brinde sentido.
    La cultura o su barniz ligero de aceites, es algo efectivo. Así como muchos ricachones empiezan a comprar obras de arte contemporáneo y así entran en un jet set de cultura muy exclusivo, otros no tan pudientes fingen, o no que se entusiasman con la Tercera de Beethoven contada por Arce.

    Sigo pensando que se vende la cáscara y no la yema del huevo.

    P.S; el Colón no es el ámbito adecuado para Frescobaldi, seguro; pero el pobre Girolamo creo que no lo toca casi nadie en vivo, por lo menos aquí....

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  9. Bueno, Arce no solo tiene éxito entre las personas que asisten a sus shows, sino también entre conductores de radio, directores de diario y sponsors diversos.
    Ese éxito (o sus razones) también debe ser objeto de interrogación.
    Saludos
    GB

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  10. Guillermo, evidentemente nuestro pequeño empresario es no sólo un buen showman, sino también un excelente relaciones públicas de sí mismo.
    La mediocridad imperante en algunos ambientes hará lo suyo. Un poco de suerte también, supongo.
    Diego mencionó los foros de musicología sobre Arce que me tomé el trabajo de leer. Encontré muchos conocidos que respeto y su opinión no es precisamente laudatoria.

    Y volviendo al post original, esas "reglas precisas" que Arce dice conocer pero no develar hacen a su truco. El público obviamente no las conoce y los medianamente conocedores probablemente tampoco. Entonces se crea una desigualdad desde el discurso y muchos incautos caen en la trampa.
    Que siempre es más facil que atreverse a pensar que a lo mejor las "reglas precisas" no existen.

    Esto último da para más discusión.

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  11. Ya, ya, de acuerdo. Que es un buen RRPP está claro, pero ¿por qué lo prefieren a él?
    Aclaro: es una pregunta capciosa
    Saludos
    GB
    PD: ¿esos foros están online?

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  12. Cuatro años después, encontré este viejo post. Como para que quede constancia de quién es quién, pego este comentario de una página sobre el compositor Silvano Picchi y un tema que se habló mucho en aquellos años:
    "- . . . yo creo, en cambio, que es necesario refrescar la memoria, en este país patológicamente desmemoriado. En 1979, con motivo de cumplirse el 25º aniversario de la creación del Cuarteto de la Universidad Nacional de La Plata, esta casa de estudios organizó un concurso de composición, precisamente, de cuartetos. La obra que apuntaba como primer premio, presentada por el señor Marcelo Arce como Cuarteto Nº 3 Op. 158 (en, nuestro siglo (XX), ni siquiera Shostakovich pudo escribir tantas obras, y sólo en el año de su muerte, ya anciano, llegó al Op. 147), resultó ser la fotocopia de una obra ya editada, de un compositor inglés -luego creo que se averiguó que era de Benjamin Britten-, a la cual el concursante, quien apenas había sobrepasado los veinte años, tachó las Indicaciones en idioma inglés, y las reemplazó por su equivalente en italiano, además, con errores de ortografía. Esto entorpeció el trámite, que se resolvió otorgando el premio al Cuarteto No 3 del maestro Silvano Picchi, que antes de advertirse la mistificación apuntaba como segundo premio." En: http://ciweb.com.ar/Picchi/

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  13. Que mal hace Arce, que no hace Cecilia Scalisi, Pablo Kohan, Monjeau o el mismo Fischerman???
    A todos hay que avisarles que nada de lo que se pueda decir sobre la "MÚSICA" es mas que la Música...
    La música, a lo sumo, necesita de un presentador, por lo de mas se sostiene por si misma.
    El caso es que Arce es un carismático presentador al lado de los nombrados. Los cuales tampoco adolecen de ignorancia e imposiciones en el dominio de su materia...

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