No lo vi. Me lo contaron. Pero, como en las obras conceptuales, si se conoce el concepto, ¿para qué se quiere la obra? No es necesario haber visto al ex presidente de Boca ponerse la corona y el manto de Queen en el programa de Tinelli. Nada agregaría a lo que ya se sabe el haberlo escuchado cantando o el haberlo visto bailoteando. Mientras tanto, con gripe, autoacuartelado en mi estudio para no contagiar a nadie y habiéndome perdido el concierto en que Hilary Hahn tocó tres
sonatas de Charles Ives, pienso en escuchar
Queen II, que siempre me pareció un disco sumamente original e imaginativo. Opto, finalmente, por otra cosa.
¿No pensaste, por ejemplo, en algún disco con mandolinas? Sé positivamente que hay una relación directa entre la mandolina y la curación de la gripe. Es más, si no escuchás mandolinas, podés llegar a agravarte y poner a Queen. ¡Mama mía!
ResponderEliminarNo. Nunca pienso en mandolinas. Es más: el pensamiento y la mandolina se excluyen
ResponderEliminarCoincido con Diego, es más, nunca de di cuenta del parecido entre Macri y las mandolinas.
ResponderEliminarEs notorio.
¡Ay patria mía! ¡quiero un presidente que toque la mandolina!
ResponderEliminarNo rima pero tampoco tiene sentido, por lo cual, me temo que suceda. Y pronto.
¡Qué discazo! Siempre me pareció que el lado B de Queen II es lo más estimulante que escribió Freddie Mercury, de principio a fin... Claro que, en un cd, el juego de "lado blanco" vs. "lado negro" se desdibuja un poco. Pero si se escucha bien ese lado B, en un momento se percibe claramente el sonido de una mandolina... Y sí, lo de Hilary Hahn fue fabuloso. Parece que se enojó por la foto que salió en Ñ. Por suerte, yo me presenté como Diego Fischerman y le sugerí que enviara una carta documento al diario manifestando su disconformidad con un contundente: "¿Qué te pasha, Clarín?"
ResponderEliminarEn mi modesta opinión Charles Ives está a tanta distancia de Queen II como de las mandolinas.
ResponderEliminarLa creatividad es una sola.