Uno es lo que es por muchos motivos. Mi padre me hizo conocer el
Requiem Alemán cuando yo tenía 12 o 13 años. Brahms lo escribió para su madre. Ayer, en el Cementerio Británico, enterramos, en silencio, a mi padre. No creo (o no que yo sepa) en rituales de ninguna especie.
Esta es, apenas, una manera más de despedirlo. De recordarlo.
Diego, las palabras son insuficientes para estas emociones, salvo tal vez "te mando un gran abrazo".
ResponderEliminarO si no un tombeau musical del barroco francés.
Paso un link actualizado. El del comentario no funciona. Es en dos partes:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=2073I8we9yw&feature=related
y
http://www.youtube.com/watch?v=05HDny-wckE&feature=related
Empáticos y cordiales saludos