jueves, 2 de julio de 2009
Triunfal
Fueron cinco años de trabajo. Como en El secreto y las voces, la extraordinaria novela de Carlos Gamerro, o en el cuento "El relato que la loca hizo del crimen", de Ricardo Piglia, la verdad había que buscarla en las pequeñas variaciones de un relato siempre igual y en el que todos –empezando por el propio Piazzolla– se habían puesto de acuerdo. A medida que avanzamos comprendimos que entender a Piazzolla era una puerta para entender las iniquidades, salvajismos, amplificaciones y desmesuras de la Argentina y que, por otra parte, sin entender a la Argentina –y a la Nueva York de los años treinta y al París de 1955 y al Milán atravesado por el prog rock en los setenta– era imposible siquiera acercarse a Piazzolla. En la investigación, y en la escucha y el análisis, aparecieron, además, con nitidez, los distintos Piazzolla: el compositor profesional de tangos modernos en los cincuenta, el autoproclamado vanguardista de los sesenta, el "internacionalista" de los setenta, el reciclador de sí mismo en los ochenta. El violento y el violentado; el mentiroso y mitificador de sí mismo, aquel cuya música obedeció, en gran medida, a un malentendido. Aquel que fue, sin duda, mal entendido.
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Publicado por
diego fischerman
en
10:10
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Estoy leyendo el libro. Ya voy por la mitad. Puro disfrute. Ahora, una pregunta, ¿por qué la experiencia electrónica de Piazzolla te parece fallida? No dudo de que el famoso quinteto sea lo máximo pero me gusta mucho como suena el octeto enchufado (el vestuario no es de lo mejor, pero bueno, debe estar a tono con la época). Hace tiempo que leo en tus artículos -y lo comprobé varias veces- lo caótico de la discografía de Piazzola. Tengo dos o tres Adios Noninos y otras cosas pero jamás había escuchado de Piazzolla improvisando con el bandoneón. Espero encontrar ese disco en algún lado. Soy alumno de Adrián Iaies. Alguna vez me pregunté qué hubiera pensado Piazzolla de Roundabout Midnight con bandoneón. Ahora creo tener alguna idea. Después de todo el tocó Sophisticated Lady improvisando. Gracias, por el blog. Juan.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. En cuanto a las grabaciones italianas y el octeto electrónico, uno las juzga en relación con el patrón de medida que el propio Piazzolla puso en juego. Es música mucho más estandarizada y convencional que la que había hecho con el quinteto. Y no llegaba al nivel de energía (o "zarpe") que lo hubiera justificado desde otro lado. La batería, por ejemplo, o el sintetizador, por no hablar de la guitarra eléctrica, están permanentemente desaprovechados. Por supuesto que suena bien. Y entre otras cosas –y no es un dato menor– porque está el bandoneón de Piazzolla, que es lo que, al fin y al cabo, lo convierte en algo distinto.
ResponderEliminarSigo leyendo el libro. Me falta un poco para terminar. Lamento mi falta de tiempo pero lo que más lamento es que todavía no se inventaron los libros (de papel) pero con algún botoncito para escuchar la música de la que hablan. Aunque sea unos pocos minutos. Tal vez en la edición para libro electrónico...
ResponderEliminarMañana (en teoría) recibo el libro. Me enteré tarde de su edición porque vivo en el interior y si uno no anda revisando internet, pasás de largo de muchas cosas. Bien distinto de caminar por Avenida Corrientes, en donde con solo mirar las librerias ya te enteras de las novedades.
ResponderEliminarLa verdad que estoy muy ansioso por leerlo.
Diego, quiero aprovechar, ahora que tienes blog -y que me entero- para darte mil felicitaciones (mas que mil, un millón. en serio!) por la dedicación al "reordenamiento" de la discografía de Astor (RCA y CBS) con las ediciones criticas. Todos los que amamos su música te agradecemos infinitamente. Solo tengo una duda: porqué las portadas fueron reproducidas en menor tamaño, algo que no ocurre con el facsímil del "backcover" del lp original...que raro! pero es un detalle menor teniendo en cuenta que -por suerte- hubo una remasterización notable. Escuchar los dos del noneto ahora es...tremendo!!!
En algún otro lado del blog leí que la companía que venía reeditando titulos de ultra-importancia como "Concierto de Tango" (detalle: no sé porqué no le pusieron la portada de polydor) ha dejado todo inconcluso ¿problemas de ventas?
Ojalá el catalogo de Astor en Trova tenga la chance, Diego, de una "edición critica": hay varios de esos discos que les hace falta una remasterización y una mejor presentación en CD.
Y varios títulos imprescindibles de nuestro rock que permanecen inéditos en CD (el de Kubero Díaz, el primero de Alejandro Medina, el de Tantor, por citar solo algunos)
Volviendo al libro, seguramente será lo mejor escrito sobre Astor en nuestro país junto al de Carlos Kuri "Piazzolla: La música límite"
Saludos!
Roberto. Los sellos discográficos argentinos no sólo no piensan demasiado en la cultura –sería sorprendente si lo hicieran– sino que ni siquiera entienden demasiado bien en negocio. Para que te des una idea, la mayoría de los discos originales de Mercedes Sosa están inéditos en CD. Te agradezco, por supuesto, tus comentarios
ResponderEliminarDiego: ojalá los sellos discograficos les den el catalogo de artistas argentinos importantes (e imprescindibles) a gente escpecializada para una reedición ordenada y con criterio, como ocurrió con vos y la "edición critica". Es lo que todo melomano como yo desea. Ya he leído varias de tus acertadas criticas a los empresarios de la industria del disco (en Radar y Efecto Beethoven)
ResponderEliminarA mi me gusta Ginastera y siempre lo que se consigue en edición nacional son sus obras para piano (una y otra vez)
Ya recibí el libro! a leerlo!
Después de mas de una semana de apasionada lectura (cada vez que el trabajo y diversas ocupaciones me lo permitian) he terminado el libro. Bueno, ya intuía su alto nivel por conocer muchos escritos de Fischerman sobre Piazzolla (en diarios y otros libros como "Efecto Beethoven") . Y vale aclarar que no conocía el nombre de Abel Gilbert. La idea de analizar la música de Astor y su desarrollo a través de los años, de acuerdo a los distintos contextos culturales y políticos es realmente fantástica, al igual que ir rompiendo ciertas creencias que parecían inmutables en el mito piazzolliano.
ResponderEliminarTal vez por el entusiasmo que me generan este tipo de temas, creo que al libro le faltan 100 páginas más aún (y eso que no es corto). Coincido con casi todas las criticas que se hacen a varios de los discos "claves" de Piazzolla, -especialmente a "Reunión Cumbre" con Gerry Mulligan- con la salvedad de "María de Buenos Aires", en donde percibo cierto desdén por el estilo de Ferrer (ya sea escribiendo o "recitando") y no me termina de quedar claro que es lo que no les convence de la música. Yo amo ese álbum y lo encuentro -y buscando la mayor objetividad posible- perfecto. En relación al particular estilo de Ferrer, prefiero esos recitados de "En Persona" que las versiones por cantantes. También, esperaba un mayor analísis de, para mí criterio, dos grupos excelentes de Astor: El Noneto y el Sexteto, que creo que significan algo mas que una mera ampliación del quinteto (aunque eso sea cierto, claro), y, en el caso del Sexteto, desarrollar algo más su particular estética y la polémica que generó (y quizás aún genera) entre los seguidores de Piazzolla.
Entre otros detalles, me gustaría destacar que en el especial que "La Maga" dedicó a Piazzolla en 1996 aparecía el pianista Pablo Ziegler criticando la producción de los discos de American Clave, que por el contrario ustedes destacan por su cuidado. Yo me quedo con Ziegler en que la producción de "Tango: Zero Hour" y "La Camorra" resultó errónea, perjudicando la maravillosa música que contienen (la mezcla le resta fuerza a la interpretación del quinteto)
Del Piazzolla "clásico" y las polémicas y tensiones generadas al respecto, dejaron afuera un analísis mas exhaustivo de obras como el concierto para bandonéon y orquesta, la grabación con el kronos quartet y el significado de lo que fue, allá por 1983 creo, "Piazzolla en el Colón".
Hay mil detalles mas que, como fan de Astor, me gustaría debatir, pero no quiero extenderme en el entusiasmo y solo voy a volver a remarcar que el libro es realmente fantástico y merecerá varias lecturas mas de mi parte.
Mil felicitaciones y ojalá, Diego, que se haga algo así de exhaustivo con la primer época de nuestro rock, que bien lo merece.
(Ah, y que el quinteto "La Camorra" es quizás el único conjunto que ha hecho una gran interpretación de las piezas de Astor -lo de Yo-Yo Ma tampoco está mal-)
Saludos!
Estimado Roberto. Más allá del agradecimiento por su cuidadosa lectura y, desde ya, por sus conceptos, todo libro (o todo, a secas) es un recorte. Nuestra elección fue, efectivamente, dejar afuera (o casi) todos aquellos aspectos que usted señala, con el fin de jerarquizar otros. No quisimos ni escribir una biografía (aunque la biografía está de alguna manera incluida) ni hacer crítrica en el sentido de decir qué sí y que no. Independientemente de ello, los gustos se filtran. En cuanto a los tres discos de American Clave tienen una cierta idea de producción de la que otros discos, tal vez más logrados en el sonido (o en cierta crudeza del sonido) carecen. A Ziegler pueden no gustarle en especial pero en lo personal creo que esa grabación de las Camorras es excelente. Y en relación a María... no discutimos el hecho de que allí hay música magnífica sino el discurso de "revolucionarismo" que Astor enarboló alrededor de ella. Es una obra con mucha gran música, otra más rutinaria, mucha palabra ampulosa y retórica anticuada –que, de todas maneras, da cuenta del Buenos Aires vanguardista y provinciano a la vez de 1968– y conservadora, en relación con la propia obra de Piazzolla –"Melancólico Buenos Aires" o "Tres Minutos con la realidad" de 1957, "Tango para una ciudad" o "Buenos Aires Hora 0", del 61-62, "Muerte del ángel", de esos mismos años, "Milonga del ángel", grabado en 1965, al igual que la Serie del Diablo– y en relación con los sonidos del 68, que ya no eran los de doce años antes, cuando Astor irrumpió con el Octeto y con sus grabaciones con orquesta de cuerdas, piano y bandoneón.
ResponderEliminarPerfecto Diego, enfocado de esa manera entonces creo que, quizás, el último disco de auténtica "revolución" sería "Concierto de Tango" de 1965 (de hecho es uno de mis favoritos -y a propósito, un amigo me paso un VHS tremendo que grabó del canal volver, una actuación de aquél quinteto -yo creo que el pianista es Gosis, aunque no lo enfoque bien la cámara- en un programa que conducía el recientemente fallecido "Pinocho". Se interpretan "Todo Bs.As" y "Revolucionario" de manera superlativa)
ResponderEliminarDe cualquier manera yo siempre pensaba -quizás sin demasiado analísis- que Astor realizó el "reciclaje" de su propia obra recién con el segundo quinteto, y que el Noneto del 71-73 aún formaba parte de sus grupos innovadores, y que el Sexteto de 1989 suponía una renovación timbrica y original en muchos aspectos.
Bueno, en relación a American Clave...tomemos como ejemplo la magistral pieza "concierto para quinteto": la versión grabada en RCA de 1970 tiene una fuerza arrolladora, el contrabajo de Kicho hace temblar en algunos pasajes. La versión de 1986...mmm...la verdad que se me cae al compararlas (bueno es cierto: cuestión de gustos)
Otro punto que quería remarcar: cada vez que intentaba escuchar a Eduardo Rovira, sentía que era una música formalmente interesante pero sustancialmente estéril (sin fuerza, vamos). Me aburría al rato, no sin sentir cierta perplejidad ante tanto culto que en estos ultimos años recibe su nombre. Al leer vuestra opinión al respecto...bueno, me sentí menos desubicado, tanto no la "pifiaba". Tampoco sabía que Astor lo negaba de semejante manera.
Saludos y sigo leyendo con entusiasmo varias secciones del blog
Gracias por su aporte. Queda por aclarar que un libro es un libro y que las escuchas son las escuchas. En el libro era importante hacer ciertas precisiones –cuándo Piazzolla introdujo materiales nuevos en su música, por ejemplo– que en las escuchas puede ser irrelevante. El Noneto, que es uno de mis grupos preferidos –y lo es también por razones sentimentales, porque es el más tuve el placer de escuchar en vivo– no aportó mucho más que una tímbrica sumamente seductora y algunos aspectos formales –esa tendencia a la suite, o a la acromegalia del rock progresivo– que no están entre lo mejor –y más concentrado– de Piazzolla. Y a la batería, por otra parte, si se escucha con un oído crítico, hay que reconocer que Piazzolla no le encontró la vuelta. Su papel es mucho más pobre que el de los otros instrumentos y, con certeza, que el de la propia batería en otras músicas donde está más aprovechada. Es posible que, como dice Gubitsch, parte del encanto del tango esté, justamente, en la falta de instrumentos que marquen explícitamente el ritmo. Y al respecto debo decir que los experimentos de Fresedo me parecen igualmente fallidos. En relación con el segundo quinteto habría que ver si la falta de polenta que usted le atribuye a la producción de Hanrahan se debe a ello o a las meras diferencias entre aquel grupo con Díaz, Agri y Gosis o Manzi y este nuevo con Console, Suárez Paz y Ziegler. Y también, eventualmente, con la diferencia entre tocar algo por primera vez, con la sensación de riesgo estético y de "vanguardia", en un sentido casi militar, de ir adelante con lo que en ese momento está sucediendo por primera vez, y de hacerlo cuando esa música –y no sólo el "Concierto para Quinteto" sino todo el "sonido Piazzolla"– ya está absolutamente canonizada.
ResponderEliminarSi la cantidad de marcas y anotaciones en los márgenes (hallazgos, estímulos hipertextuales, etc) que uno deja en un libro es directamente proporcional a su utilidad, El Mal Entendido vale para mí mucho más de lo que cuesta. Y está el placer añadido de poder ir del libro al disco y escuchar de otra manera.
ResponderEliminarUno suele creer que lo que le importa a uno debería importarle a todos, y aún entendiendo lo ridículo de esta creencia, no resisto preguntar: ¿solo cuatro módicas reseñas, incluyendo la del medio de uno de los autores y la de un camarada? ¿esa cifra se corresponde con la de ventas del libro o hay una incongruencia? ¿no interesa Piazzolla o no interesa leer sobre la música de Piazzolla (se puede conocer cuántos discos suyos se venden, si es que esto aún significa algo)?
Más allá del agradecimiento por tu comentario, contesto algunos de los puntos que planteás. Creo que hubo algunas reseñas más y hubo, en realidad, bastante repercusión (entrevistas de radios, revistas, etc). Es un libro al que le ha ido bastante bien y, según parece, será próximamente traducido al italiano. En cuanto a lo que vende Piazzolla, es difícil saberlo. No mucho, en todo caso.
ResponderEliminar